Martín Roberto Piaggio: el violento que echaron del Hospital Centenario y quiere ser Intendente

El candidato del peronismo en Gualeguaychú tiene fama de prepotente y maltratador. Es el funcionario con más poder dentro del Gabinete, y se maneja como si fuese el patrón de la estancia. Su polémica y fugaz gestión como director del Hospital Centenario durante la pandemia y el montaje de un auténtico Vacunatorio VIP son solo algunas de las manchas que tiñen su gestión.

Un nombre, una marca. Esta es la premisa del piaggismo para tratar de promocionar al secretario de Salud, Medioambiente y Desarrollo Social Martín Roberto Piaggio en su carrera a la intendencia. Porque si hay algo que el peronismo de Gualeguaychú sabe es que el nombre “Martín” pegado al “Roberto” es mala palabra para muchos.

Descripto como confrontativo, violento y de modales duros, ahora toda la campaña comunicacional del PJ insiste con llamarlo Martín Piaggio, mientras que al actual intendente quieren diferenciarlo con el “Esteban”, un nombre nunca jamás usado en estos siete años y medio de gestión.

Llaman a Martín Roberto simplemente como Martín, con la esperanza de que los distraídos y mal informados piquen el anzuelo y no lo relacionen con ese funcionario que en plena pandemia debió ser echado de la Dirección del Hospital Centenario luego de haber maltratado a todo aquel que se le cruce por delante, desde el más humilde conserje al médico más experimentado. Intentó hacer lo que siempre hizo: destruir, romper, arruinar y llenar ese mismo lugar con sus alcahuetes, que son tan prepotentes como él.

Y recordemos que todo este escándalo en el Hospital sucedió en lo más grave de la pandemia, cuando el coronavirus circulaba por Gualeguaychú como aquel que pasea por la Costanera.

Asumió en febrero de 2020, cuando el Covid-19 se venía acercando pero que muchos creían que era un problema al otro lado del mundo. Sin embargo, menos de un mes después nos mandaron a todos a casa y el flamante Director del Hospital Centenario se tuvo que hacer cargo de la mayor crisis sanitaria del siglo XXI. Y, como no podía ser de otra manera, lo hizo a su modo: peleándose con todos, especialmente con los médicos. Mientras Martín Roberto Piaggio los enfrentaba, la gente los aplaudía.

Por esa época, un grupo de médicos había alertado por una situación de tensiones y decisiones inconsultas por parte de Matín Roberto Piaggio, un médico que pasó más tiempo detrás de un escritorio que un consultorio.

Toda esta violencia por parte del flamante director llevó a que los trabajadores pidan un cambio en la Dirección. En medio de una de las semanas más tensas en el Hospital de Gualeguaychú, la Dirección estaba dirigida sin consensos y sin escuchar a los trabajadores, bien a la manera “Martín Roberto”.

Los médicos denunciaron que "vivimos en un ambiente de violencia, que tiene que ver con la falta de derecho en el ingreso a esta institución del director Martín Roberto Piaggio, que nunca perteneció a esta institución, nunca pidió una adscripción, nunca trabajo en ningún servicio ni atendió a ningún paciente".

Ocho meses duró en ese puesto, hasta que el gobernador Gustavo Bordet se cansó de sus escándalos, lo echó y decidió hacer efectiva su salida del Hospital Centenario

Pero lo del Hospital no fue la excepción, sino la regla. Tuvo el manejo en los Centros de Atención Primaria de Salud (CAPS), que son regenteados por sus olfas; y en la Secretaría de Salud. Luego anexó Medioambiente y finalmente la gigantesca cartera de Desarrollo Social, transformándose de esta manera en el funcionario municipal más poderoso y omnipotente, manejando con mano de hierro, prepotencia, tensión y violencia.

Hace poco volvió con su compañera de fórmula Camila Ronconi al Hospital Centenario, y aunque quisieron vender la visita como productiva y amistosa, casi ningún trabajador del lugar quiso aparecer en las fotos. El que apareció siempre a su lado fue el director del Hospitalito Juan Baggio Emiliano Zapata, que ahora como transaron son amigos, pero que hasta hace pocos meses atrás se ociaban, se detestaban y hablaban pestes uno del otro.

Vacunatorio VIP

El escándalo por el Vacunatorio VIP contra el coronavirus montado en el Ministerio de Salud de la Nación, tuvo su réplica en Gualeguaychú, cuando se denunció que más de 200 funcionarios recibieron, al menos, la primera dosis de la Sputnik V antes que cualquiera, sin importar las condiciones de riesgo. En otras palabras, mientras las personas se morían sin poder respirar por la neumonía, varios veinteañeros y treintañeros saludables ya tenían su dosis en el cuerpo por el simple hecho de ser funcionarios, sobre todo de la Secretaría de Desarrollo Social.

Uno de los vacunados que alcanzaron fama nacional fue una joven de 27 años, empleada administrativa de la Secretaría de Desarrollo Social, Salud y Ambiente de Gualeguaychú, quien generó indignación en las redes sociales al publicar un video en el que explica por qué fue vacunada a pesar de no ser personal de salud. Era Claudia Soledad Centurión, quien trabajaba junto a Martín Roberto Piaggio, y quien además es la novia de Matías Piaggio, hermano del Secretario.

Por todos estos antecedentes es que el piaggismo pretende desaparecer el polémico “Roberto” y quieren quede pegado a la marca Piaggio. Y si bien hablan y hablan sobre la continuación del proyecto, lo cierto es que el barco pasaría a estar comandado por el más inestable, violento y prepotente de todo el aparato: Martín Roberto Piaggio. El manejo del Hospital Centenario o el Vacunatorio VIP que montó en pandemia son solo dos simples muestras de lo que le deparará a Gualeguaychú si llega a la Intendencia.